¿Debería aplicar al Fonca?
Ahora conocido como Sistema de Apoyo a la Creación y Proyectos Culturales


Me han hecho esta pregunta varias veces en un par de días; acaba de abrir la convocatoria. La respuesta es tan amplia que decidí escribirla por acá y aprovechar para saludarte, y así no dejar tanto tiempo entre una y otra entrega.
Antes que nada quisiera apuntar que hablaré desde mi experiencia y subjetividad, desde mis propias inquietudes. Me interesa anotar detalles que me hubiera gustado saber antes y creo que podrían serte útiles. Escribo esto consciente de que no hay pasos a seguir ni caminos definitivos en la escritura.
Pienso que antes de aplicar a Jóvenes Creadores o cualquier apoyo para la escritura hay que averiguar por qué queremos hacerlo. Lo ideal es que tu iniciativa parta de una escritura que tienes en mente, incluso ya empezada, y no viceversa. Es decir, no es recomendable inventar un proyecto para conseguir un apoyo.
Tampoco es recomendable hacerlo por dinero o prestigio (a todos nos ha pasado alguna vez por la cabeza, creéme). Al respecto, debo advertirte un par de cosas: primero, que las becas dan montos económicos muy por debajo de los sueldos por labores profesionales y el tiempo en que se otorgan es limitado (diez meses, un año). Así que económicamente no resultan rentables: no hay antiguedad, estabilidad ni seguro social, como sí en un trabajo fijo. De hecho, la mayoría de personas que tienen becas creativas o académicas en algún punto deben conseguir trabajos adicionales para tener el dinero suficiente para vivir.
Sobre el prestigio: es verdad que en el reducido mundo literario en México hay miles de sobreentendidos y entre esos están las credenciales que a ratos parecen indispensables. Las escuchamos en las semblanzas y en las presentaciones, tienen un misticismo particular. Yo pienso que una beca, una residencia o un programa de escritura pueden ser muy estimulantes, pero la única forma de permanecer en esto es el compromiso con tu deseo creativo. En este camino, los apoyos económicos y los títulos no te garantizan que seguirás escribiendo por un tiempo prolongado. La única garantía es tu constancia y atención al proceso.
Ahora bien, si ya tienes un proyecto en mente y piensas que el apoyo de una beca podría ayudarte a iniciarlo o completarlo, todo va a resultar más sencillo: desde hacer la solicitud hasta cumplir con los objetivos, en caso de que la obtengas. Además, en este caso, la misma aplicación se vuelve una suerte de aprendizaje: al plantear el proyecto por escrito, estructurar un plan de trabajo, ponerte fechas límite, estás trabajando en elementos que pueden beneficiar tu escritura. Independientemente de los resultados, tu trabajo seguirá ahí.
Hay otro un consejo que he repetido constantemente estos días y aquí voy otra vez. Antes de obsesionarte por tener tal o cual apoyo, lo mejor es investigar sobre la mayor cantidad de opciones disponibles, hasta asegurarte de que aplicarás a la más adecuada para ti. Como uno de mis pasatiempos favoritos es hacer listas y buscar en Google, van algunos programas nacionales, sobre todo enfocados en escritura.
Si tienes de 18 a 22 años:
Te recomiendo aplicar al Curso de Creación Literaria en Xalapa que organiza la Universidad Veracruzana con la Fundación para las Letras Mexicanas. Es una oportunidad muy valiosa para conocer a otros escritores, recibir tutorías y darte una idea de cómo es trabajar con la escritura. En este momento la la convocatoria está abierta, cierra el 25 de abril.
Antes de los 28
Puedes aplicar al Taller y Residencia Bajo la Pirámide, que organiza la Universidad de las Américas Puebla. Este año los tutores fueron Álvaro Enrigue y Carla Faesler. La convocatoria ya cerró y ya dieron resultados, pero siempre vale la pena tener presentes este tipo de oportunidades, revisar los requisitos e irlos preparando para la siguiente convocatoria. Esta es la segunda emisión, esperemos que abran más.
(Los programas antes mencionados incluyen traslados y hospedaje).
Si eres menor de 30 años
Y no tienes problema con mudarte por un año entero, te recomiendo aplicar al Programa de Formación de la Fundación para las Letras Mexicanas. Como alguien que creció lejos de los circuitos culturales, con poco conocimiento del mundo del arte y la cultura, a mí este lugar me cambió la vida. La convocatoria está abierta y cerra el 9 de junio.
Para este rango de edad hay un par de opciones en España. Como todas las convocatorias internacionales, suele ser más difícil entrar porque hay más competencia. Pero sé de mexicanxs que las han tenido, así que vale la pena echar un vistazo:
Fundación Antonio Gala: Estancia de un año en Córdoba. La convocatoria acaba de cerrar, pero puedes mirarla para darte una idea.
Residencia de Estudiantes: Becas del Ayuntamiento de Madrid para Estudiantes de Posgrado y Creadores y Artistas, de un año de duración. La convocatoria abre en septiembre y cierra en octubre, así que hay que poner atención en su página web, mejor si puedes preparar los documentos de antemano.
Si naciste o vives fuera de la CDMX
En varios estados existe el PECDA, un apoyo económico que se otorga a creadores locales a partir de ¡12! años (esto es nuevo y me sorprende y me intriga por igual). Los apoyos y los montos varían según la entidad federativa. En general, son menores que Jóvenes Creadores (la beca por la que tanto me preguntan), pero hay una ventaja. Al ser becas que se abren solo para un estado, hay mayores posibilidades de obtenerlas. De hecho, fue la primera beca que obtuve por escribir.
Por supuesto que los proyectos pasan por una revisión, se busca que sean profesionales y cumplan con las características de un proyecto de beca. El hecho de que apliquen menos personas no demerita su valor simbólico (o prestigio o como quieras llamarle). Están pensadas para descentralizar el arte y la cultura y apoyar propuestas locales, tema urgente y siempre pendiente en nuestro país.
Ahora mismo hay varias convocatorias del PECDA abiertas. Es probable que se abran más a lo largo del año, puedes acercarte a tu instituto de cultura local para preguntar.
Ahora sí, sobre Jóvenes Creadores
¿Por qué la dejo al final? Primero, porque puedes aplicar hasta los 34 años, así que hay un poco más de tiempo para intentarlo. Segundo, porque al ser nacional y tener un rango de edad más amplio es una beca reñida. Tercero, porque como en todas las becas, pero en particular en las de gobierno, la selección no depende únicamente de la calidad literaria del material o el proyecto.
Tiene sentido: a fin de cuentas, los estímulos a la creación son programas sociales con metas específicas. En Jóvenes Creadores, últimamente se han enfocado en lo siguiente: que entre los seleccionados haya paridad de género, que se incluyan escritores de distintas regiones del país, que los seleccionados obtengan la beca por primera vez (esto, de hecho, puede ser una ventaja).
Todo lo anterior me lleva a una conclusión que al principio de mi carrera me negaba a entender, porque prefería instalarme en mi orgullo herido y retarme a mí misma a hacerlo mejor (lo que fuera que eso significara). En todas las becas y también los concursos, por más que se busque que el proceso sea transparente y justo, por más que se establezcan ciertas directrices, por más que haya un jurado especialista, son tantos los criterios en juego que siempre interviene el azar.
Sé que la parte final de la aplicación, que es el momento en que conocemos los resultados, puede resultar desilusionante y frustrante. Conozco bien la sensación. Yo misma me he presentado en estas y otras convocatorias sin éxito, más de una vez. De hecho, y esto te lo cuento solo a ti, este año lo empecé con los resultados de tres aplicaciones a residencias que no resultaron.
Repito esto constantemente como una forma de recordarlo yo misma: una beca no es algo que se deba tener para escribir. Se puede aprovechar, en caso de que resulte. Puede ser una forma de hacer lazos con una comunidad (tutores, otros becarios) que tiene las mismas inquietudes que tú. Pero no es indispensable, porque la literatura no es un formulario a llenar ni un tablero de bingo que, al tener completo, te garantizará la victoria.
Conozco artistas que aplicaron una y otra vez y recibieron la beca a la cuarta o quinta (¡un amigo lo logró a la séptima!). Otros que intentaron tres veces y se dieron cuenta de que su trabajo (interdisciplinario, experimental) no cabía en una solicitud. Conozco a personas brillantes que no han pedido nunca una beca porque no la necesitan (ya decía Virginia Woolf que es más fácil escribir con una renta mensual). También a quienes, aunque les vendría bien la ayuda, han decidido no aplicar porque desconfían de la idea de proyecto aplicado al proceso creativo. No hay un camino en la escritura, hay caminos, uno por cada quien.
➤Sobre el proyecto
Queda mucho por contar todavía, ¡no sabes cuánto borré! Por ahora te comparto un par de textos sobre la elaboración de un proyecto:
Claro, realista e importante: un ensayo breve que escribió Jimena Zermeño a partir de algunas entrevistas a escritoras, donde participé.
Cómo elaborar un proyecto cultural (y no frustrarse si no te seleccionan), de Carlos E. García Martínez. Este fue de mucha ayuda las primeras veces que apliqué al PECDA.
¿Te quedó alguna duda? Sigamos la conversación en comentarios.
➤Talleres
Antes de terminar, te cuento que siguen abiertas las inscripciones para mis talleres de mayo:
𝐏𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐞𝐧𝐭𝐞: Encuentros semanales donde nos encontramos para revisar textos. Abierto para mujeres (cis, trans, etc). Te puedes quedar un mes o lo que necesites.
𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐭𝐢𝐯𝐚: A partir de la lectura de una novela mexicana contemporánea, estudiamos y practicamos técnicas narrativas. Incluye el libro y envío a todo MX.
Si quieres más info puedes responder a este correo o escribirme en redes sociales.
Muchas gracias por leerme, tqm. Seguimos al habla.
Yo tengo una duda porque siempre he querido aplicar pero nunca he sabido la diferencia entre “con trayectoria” y sin.
Porque, digo, pues he publicado por aquí y por allá (un par de veces solamente en punto de partida de la UNAM y autopubliqué un pequeño volumen en Amazon cuando mi mamá falleció), pero tanto así como tener una trayectoria, pues no.
Pero la cosa es que ya no soy de las más jóvenes para aplicar… ¿tienes alguna recomendación, Olivia? 🥺