

En la última entrega prometí escribir antes de que terminara diciembre y aquí me tienes, dando señales de vida en ABRIL. Pasaron muchas cosas, aunque en realidad fue la vida, el fin de año, mi despedida de un proyecto editorial que amé mucho y la planeación de uno nuevo, la escritura de un libro infantil, una pequeña novela… (sí, se vienen noticias pronto). En fin, fueron meses de reorganizar el día a día e intentar hacerlo más propicio para escribir. Además, impartí un par de talleres que me trajeron nuevas reflexiones sobre el proceso creativo. Sobre eso quiero contarte.
Llevo un rato buscando una metáfora que pueda representar ciertas cualidades opuestas y complementarias a las que conviene prestar atención en el proceso de escritura. Por ejemplo: el rigor y la espontaneidad, el trabajo constante y la relajación, la intimidad y la distancia con respecto al texto, la crudeza y la ternura, la desenvoltura y la discreción, el arrojo y la paciencia, la conexión con una misma y con la otredad, la minuciosidad descriptiva y el uso de elipisis.
Hebe Uhart apunta que el estado de ánimo ideal para escribir es estar a media rienda, es decir, encontrar un punto del ánimo ni tan eufórico ni tan deprimido, involucrarse con el texto desde una distancia suficiente que nos permita mirar con atención a nuestros personajes, anécdotas y la propia materia de la escritura. Ray Bradbury explica el proceso creativo con las palabras trabajo, relajación y no pensar; términos encontrados en un manual de arquería. Del mismo arte toma Fabián Casa el término hamartia: fijar la atención en el error.
Hace unos días presenté el nuevo libro de Geney Beltrán Félix, Crónica de la lumbre, y durante la charla sobre su proceso creativo él utilizó la frase movimiento pendular. Me gusta pensar que estas dicotomías se transitan, que el equilibrio, como en un péndulo, es breve, precario, que lo más usual durante el acto de creación es el movimiento del ánimo y que es el movimieto el que propicia la escritura.
Quizá no importe en realidad encontrar la metáfora perfecta. Tras estos días de talleres y asesorías, que me gusta pensar como acompañamientos, cada vez estoy más segura de que no hay nada definitivo ni mucho menos reglas a seguir. Cuando doy charlas o talleres intento sistematizar mi experiencia, explicarla en una serie de diapositivas a través de conceptos, herramientas, consejos y estructuras. Cuando corrijo un manuscrito, reviso puntualmente las repeticiones, los gerundios, las imágenes poco claras, las descripciones y narraciones que descuidan los otros sentidos del cuerpo por priorizar el de la vista. Luego vuelvo a mi propia obra, me releo y encuentro ahí omisiones hechas a propósito, palabras inexplicables e incluso identifico los mismos errores que marqué en los manuscritos de otros: para mí en un momento tuvieron sentido, generaron un ritmo en mi interior.
Cuando escribo, me balanceo con suavidad desde la estructura, la definición y la norma hacia la espontaneidad y el ritmo interior. Lo importante, creo, es poner atención al proceso: leer y escuchar una y otra vez el texto hasta que cada palabra resuene por dentro, buscar que mediante las palabras la imagen mental se complete, despierte los sentidos y los haga formar parte. Esto implica buscar concordancia entre el adentro y el afuera; dicha correspondencia no cabe en ningún manual ni la explica ningún método. Podríamos nombrarla intuición, que no es lo mismo que inspiración.
Con la práctica, la intuición se pone en primer plano; solo desde dentro podemos saber si el texto está terminado, listo para salir al mundo.
➤ Música
Esta semana la casa suena a esta canción, descubierta gracias al cover que últimamente se escucha en todos lados. Sonará un poco trillado pero la verdad es que, tras escuchar ambas, me quedo con la original. ¿Tú cuál prefieres?
➤ Viajes de trabajo
El mes pasado tuve la dicha de visitar Mérida y Mazatlán para dos ferias del libro. Me emociona conocer nuevos sitios gracias a mi labor y agradezco profundamente a quienes acuden a mis presentaciones y otros eventos, y también a quienes me hacen recomendaciones para comer o pasear.
Por cierto: la siguiente semana visitaré Monterrey para un par de actividades en la Universidad Autónoma de Nuevo León: una charla y una master class. La primera es para la comunidad universitaria y para la segunda ya se agotaron los cupos, pero el martes 8 de abril tendremos un Drink (café) and Write (a partir de la memoria) en Librería Liminal, que está en el centro de la ciudad. La cita es 18.30 pm. Puedes responder este correo si quieres más información.
➤Nuevos talleres
Además de las actividades en Monterrey, en mayo se abren grupos de revisión permante de textos en prosa para mujeres (cis, trans, disidencias) los días martes y miércoles. También impartiré un nuevo taller de lectura + escritura los sábados. Este taller viene en un paquete que incluye el libro y envío a todo el país. La info la encuentras dando clic a las imágenes:
➤Asesorías
Tengo agenda abierta para asesorías los martes y miércoles. Son quincenales y el único requisito es haber tomado un taller previamente conmigo. Si le das clic a la siguiente imagen puedes ver un poco más de info al respecto.
Una última cosa: decidí ilustrar este newsletter con algunas fotos de mis viajes. Empiezo a reconciliarme con mi un tanto desastrosa manera de tomar fotos (con el lente sucio, desenfocadas o de cosas que en el momento me llaman la atención pero después no me hacen mucho sentido), mostrarlas como parte de mi interioridad que se despliega en los viajes y que afortunadamente puedo explicar mejor (o eso pienso) de forma escrita.
Muchas gracias por leerme, tqm. Seguimos al habla.
Curiosamente no me llegaron notificaciones de tu newsletter es probable que se deba a que bajé la app y dejaron de notificarme en correo, me pasó con IG me quitaron “seguidos”, entre ellos tu, por fortuna vi el flyer de la UANL te pasé a escribir y ya no te seguía 😔, pero aquí estamos. Te cuento que unas amigas de Mérida te están leyendo en un club ☺️ y hemos conversado de tu escritura, coincidimos en la suavidad que transmites. Abracitos y nos vemos mañana en liminal.
Que bonito lo de la intuición para saber si tu escrito ya dejó representado lo que querías expresar.