Te mando un abrazo, espero verte en al menos dos eventos ahora que vengas a Mty, para rescatar tu autógrafo en mi libro y escucharte.
Respetco al oráculo, hace años me traje 2 mazos de tarot de Marsella, regalé uno porque entiendo que es como funciona mejor hacer tiradas con uno que te hayan regalado (no sé si así sea pero me gusta la idea ) y el otro lo dejé conmigo, no lo uso pero lo que tengo como consulta es la astrología y el movimiento de astros que va ocurriendo… también cuando necesito abro al azar libros sagrados como biblia, tao te king, bagavad guita algo que tenga de buda o de algún maestro espiritual, siempre obtengo una respuesta adecuada 🥰.
¡Abrazo de vuelta! Estaría increíble vernos en Monterrey. Sí, yo también había escuchado eso de que es mejor si la baraja te llega como regalo y a mí también me gusta <3 aunque cuando son mazos muy raros, como este, no hay de otra más que hacerse un auto regalo. A esa práctica de abrir libros al azar he escuchado que la llaman bibliomancia. Amo el Tao te king.
Te sugiero leer un ensayo maravilloso de Elsa Cecilia Frost sobre Inés Arredondo, una de las amigas más cercanas de Arredondo; además de una de las más importantes traductoras y académicas mexicanas, donde contradice la anécdota de Miguel Sabido: "Inés fue, ante todo y sobre todo una hechicera cuyas palabras no solo creaban un mundo distinto sino que éste y todo lo que contiene. [...] Por bien que Inés haya escrito -y esto no puede ponerse en duda- en ninguno de sus textos logró alcanzar ese encanto, paralizador y subyugante, que tan fácil le era al hablar."
Es muy común que esté luchando constantemente con el síndrome de la impostora. Sobre todo con la escritura. Gracias por compartirnos tu propia experiencia y las de tremendas escritoras. Este oráculo que tienes es muy hermoso! Una amiga me hizo una lectura a principios del año pasado justo con ese mazo. ¡Un abrazo!
¡Me ha encantado este texto! Obviamente fui de inmediato a leer el cuento que escribió Inés y ahora me queda la duda... ¿Tienes versión digital de tu libro? ¿Cómo lo puedo conseguir? Me gustaría mucho leerte.
¡Saludos, maestra Olivia! He consultado a Mina Martins II, quien me ha leído el Tarot en llamada telefónica. Cuando era niño, tuvimos mis hermanos y yo una madrina de ascendencia turca, llamada Clementina, a quien nosotros llamábamos caiñosamente La señorita Atala. Tenía 65 años y nunca había conocido carnalmente a ningún hombre. De eso daban cuanta todas las letrinas que la conocían. Amaba los gatos y platicaba con ellos que también la amaban. Fue a ella a la primera persona que le oí hablar de los duendes. Era heredera de grandes cafetales en Candelaria Loxicha, Oaxaca, donde tenía una casa a la que una vez fuimos a visitarla. Allá entre los pobladores era considerada una mujer especial. Tenia un hermano al que llamaba Chachá. Ella me enseñó a leer a los dieciséis años, a escondidas de mi madre, la baraja de naipes española y también la que tiene diamantes y tréboles. Eran de plástico. Muy delgadas, como láminas. Lo primero que me enseñó fue a barajarlas. Me dijo: "Si no logras maniobrarlas y hacerlas pasar solas volando de tu mano izquierda a la derecha y viceversa, no podré enseñarte a leerlas." Me fue muy difícil llegar a controlarlas, pero después de mucha práctica, por las mañanas y por las tardes, durante cuarenta días, pude por fin conseguir acoplarme a ellas. No pude terminar de aprender la enseñanza completa de su lectura porque ella falleció. Sus ojos eran de color verde y su cabello crespo era de un fino color anaranjado. Tenía este recuerdo de ella y de él miedo que mi madre le tenía a las personas que leían las cartas, dormido en algún lugar muy escondido, dentro de mí. Al terminar de escribir en este comentario la primera frase mencionando lla lectura del Tarot que me hizo Mina Martins II vía telefónica, es increíble, suena a invento, pero de alguna misteriosa manera desperté este recuerdo. Mina Martins me dijo que estaba gastando mucha de mi energía conviviendo con algunas personas a las que no les importaba mi bienestar tanto como a mí el de ellas. De verdad no puedo explicar ahora muy bien cómo hice para ir poco a poco cerrando mi círculo de amistades cercanas. Recuerdo mucho, y se lo comenté a mi hermano, el impacto que provocó en mí el descubrimiento, a través de usted, maestra, de la obra de Werner Herzog. Maria Fernanda Ampuero nos habló en un taller, a mis compañeras y a mí del síndrome de la impostora. Nos dijo que, debido a ese síndrome y a otros varios inconvenientes, ella postergó la publicación de su primer libro hasta ya bien cumplidos sus cuarenta y dos años.
Somos varias y también varios. No creo que sea algo exclusivo de las mujeres.
No, para nada. De hecho el término aplica en masculino y femenino. Pero quise enfocarme aquí en particular en las limitaciones propias del género.
Te mando un abrazo, espero verte en al menos dos eventos ahora que vengas a Mty, para rescatar tu autógrafo en mi libro y escucharte.
Respetco al oráculo, hace años me traje 2 mazos de tarot de Marsella, regalé uno porque entiendo que es como funciona mejor hacer tiradas con uno que te hayan regalado (no sé si así sea pero me gusta la idea ) y el otro lo dejé conmigo, no lo uso pero lo que tengo como consulta es la astrología y el movimiento de astros que va ocurriendo… también cuando necesito abro al azar libros sagrados como biblia, tao te king, bagavad guita algo que tenga de buda o de algún maestro espiritual, siempre obtengo una respuesta adecuada 🥰.
Fe de erratas: respecto en l donde dice respeto * y tarot en donde dice tarro* 🥹
¡Abrazo de vuelta! Estaría increíble vernos en Monterrey. Sí, yo también había escuchado eso de que es mejor si la baraja te llega como regalo y a mí también me gusta <3 aunque cuando son mazos muy raros, como este, no hay de otra más que hacerse un auto regalo. A esa práctica de abrir libros al azar he escuchado que la llaman bibliomancia. Amo el Tao te king.
Te sugiero leer un ensayo maravilloso de Elsa Cecilia Frost sobre Inés Arredondo, una de las amigas más cercanas de Arredondo; además de una de las más importantes traductoras y académicas mexicanas, donde contradice la anécdota de Miguel Sabido: "Inés fue, ante todo y sobre todo una hechicera cuyas palabras no solo creaban un mundo distinto sino que éste y todo lo que contiene. [...] Por bien que Inés haya escrito -y esto no puede ponerse en duda- en ninguno de sus textos logró alcanzar ese encanto, paralizador y subyugante, que tan fácil le era al hablar."
¡Gracias por la referencia! Va un abrazo.
Es muy común que esté luchando constantemente con el síndrome de la impostora. Sobre todo con la escritura. Gracias por compartirnos tu propia experiencia y las de tremendas escritoras. Este oráculo que tienes es muy hermoso! Una amiga me hizo una lectura a principios del año pasado justo con ese mazo. ¡Un abrazo!
¡Qué bonita coincidencia! Va un abrazo de vuelta.
¡Me ha encantado este texto! Obviamente fui de inmediato a leer el cuento que escribió Inés y ahora me queda la duda... ¿Tienes versión digital de tu libro? ¿Cómo lo puedo conseguir? Me gustaría mucho leerte.
¡Hola, Nicole! Gracias por leer 💓 Puedes adquirir mi libro Un lugar seguro en versión física y digital en Amazon.
¡Saludos, maestra Olivia! He consultado a Mina Martins II, quien me ha leído el Tarot en llamada telefónica. Cuando era niño, tuvimos mis hermanos y yo una madrina de ascendencia turca, llamada Clementina, a quien nosotros llamábamos caiñosamente La señorita Atala. Tenía 65 años y nunca había conocido carnalmente a ningún hombre. De eso daban cuanta todas las letrinas que la conocían. Amaba los gatos y platicaba con ellos que también la amaban. Fue a ella a la primera persona que le oí hablar de los duendes. Era heredera de grandes cafetales en Candelaria Loxicha, Oaxaca, donde tenía una casa a la que una vez fuimos a visitarla. Allá entre los pobladores era considerada una mujer especial. Tenia un hermano al que llamaba Chachá. Ella me enseñó a leer a los dieciséis años, a escondidas de mi madre, la baraja de naipes española y también la que tiene diamantes y tréboles. Eran de plástico. Muy delgadas, como láminas. Lo primero que me enseñó fue a barajarlas. Me dijo: "Si no logras maniobrarlas y hacerlas pasar solas volando de tu mano izquierda a la derecha y viceversa, no podré enseñarte a leerlas." Me fue muy difícil llegar a controlarlas, pero después de mucha práctica, por las mañanas y por las tardes, durante cuarenta días, pude por fin conseguir acoplarme a ellas. No pude terminar de aprender la enseñanza completa de su lectura porque ella falleció. Sus ojos eran de color verde y su cabello crespo era de un fino color anaranjado. Tenía este recuerdo de ella y de él miedo que mi madre le tenía a las personas que leían las cartas, dormido en algún lugar muy escondido, dentro de mí. Al terminar de escribir en este comentario la primera frase mencionando lla lectura del Tarot que me hizo Mina Martins II vía telefónica, es increíble, suena a invento, pero de alguna misteriosa manera desperté este recuerdo. Mina Martins me dijo que estaba gastando mucha de mi energía conviviendo con algunas personas a las que no les importaba mi bienestar tanto como a mí el de ellas. De verdad no puedo explicar ahora muy bien cómo hice para ir poco a poco cerrando mi círculo de amistades cercanas. Recuerdo mucho, y se lo comenté a mi hermano, el impacto que provocó en mí el descubrimiento, a través de usted, maestra, de la obra de Werner Herzog. Maria Fernanda Ampuero nos habló en un taller, a mis compañeras y a mí del síndrome de la impostora. Nos dijo que, debido a ese síndrome y a otros varios inconvenientes, ella postergó la publicación de su primer libro hasta ya bien cumplidos sus cuarenta y dos años.
En mi comentario hay una errata, supongo que por error de dedo y por tener encendido el autocorrector. Donde dice letrinas debe decir personas.